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El laboratorio de Teatro interdisciplinario y colaborativo tuvo 19 integrantes: hombres y mujeres de entre 18 y 50 años de edad. La metodología estuvo basada en un enfoque horizontal y participativo, donde la validación de cada idea y cada inquietud, fue el punto de partida para ejercitar la argumentación colectiva. Hicimos prácticas de laboratorio y experimentamos con ámbitos sensoriales diferenciados, para propiciar la escucha interdisciplinar. Trabajamos en grupos pequeños y fomentamos el diálogo entre diversos lenguajes involucrados en la creación escénica y enfatizamos la creación colaborativa. 

 

La apertura del laboratorio planteo un piso común. Analizamos las diferencias entre un trabajo multi, ínter y trans disciplinario, para elegir el camino de interdisciplinariedad con plena conciencia de sus características e implicaciones. Nos conocimos desde las multiplicidades que nos dan identidad, no solo como hacedores de teatro, sino también como lectores, pensadores, deportistas, contadores, docentes, ingenieros, dibujantes, artistas del maquillaje y los efectos especiales, etc. Nos inspiramos en ejemplos reconocidos y trascendentales de la interdisciplina, para comprender que los cruces que se estimulan desde la hibridación de lenguajes han impulsado la ruptura de los límites creativos a lo largo de la historia del arte. En esta primera parte, nos apoyamos en los conceptos viajeros de Mieke Bal. 

El eje conductor de la experiencia fue el texto Acto sin palabras de Samuel Beckett, el cual se leyó en casa y se discutió durante las sesiones. Abordamos los conceptos rectores que guían el entendimiento de la lectura y buscamos tensionarlos con algunos conceptos secundarios. 

Cerramos este primer acercamiento con una actividad física de enamoramiento personal, fomentando nuestra conciencia háptica sobre nosotr@s mism@s. 

 

El desarrollo del laboratorio se dividió en tres partes, de las cuales solo dos pudieron ser abordadas en su totalidad, dejando una de ellas en el tintero por falta de tiempo. La primera de esas tres partes, fue la sonora. Hicimos un ejercicio de escucha grupal. Utilizamos la pieza Tu fuego (autoría colectiva en la que me incluyo), estimulamos la creación de imágenes mentales y compartimos la experiencia. Cabe mencionar que fue reconfortante la escucha activa de tod@s l@s participantes, lo cual permitió que tod@s se sintieran incluidos en el aprendizaje grupal. Después se formaron los equipos de trabajo, que fueron grupos de tres, cuatro o cinco participantes. Algunos equipos lograron una mejor comunicación que otros, no obstante la energía colectiva del grupo arropó a quienes se encontraron con participantes intermitentes y favoreció la colaboración ínter equipos. 

Se motivó que los participantes hicieran aquello que no dominaran, aquello en lo que creyeran que aún tienen mucho que aprender. Bajo esta premisa, la validación del desempeño frente al grupo no dependía de hacer bien o mal algo, sino de la resolución de un problema artístico que no tiene canon. 

La progresión de la sesión con énfasis sonoro se dio cuando cada equipo tuvo que hacer una secuencia de Acto sin palabras, utilizando solo elementos audibles, físicos, percutivos, digitales, vocales, gestuales o guturales. Los cuatro ejercicios fueron ricos en experimentación y a consideración del grupo, en cada equipo hubieron elementos que se consideraron hallazgos. 

La segunda parte del desarrollo del laboratorio tuvo énfasis en la producción visual, utilizando algunas herramientas de programación de video mapping, con las cuales pudimos pensar en las proyecciones hacia el fondo, en capas, sobre el cuerpo y sobre los objetos. También revisamos algunas formas en las cuales utilizar el circuito cerrado en escena. Como aplicación práctica, se generaron ejercicios grupales con la consigna de usar cada una de las herramientas conocidas teóricamente. Cada equipo produjo una escena o una secuencia de escenas protagonizadas por la imagen luz, proveniente de imaginarios múltiples que iban desde imágenes bajadas de internet, hechas con IA o incluso animaciones hechas a mano. 

La tercera parte que no pudo abordarse correspondía a la interacción luz y sonido, a través de herramientas audiorreactivas. Queda la posibilidad de organizar una reunión virtual de 4 horas, extra muros y con l@s participantes interesad@s en continuar con las exploraciones. 

 

Hacia el final del laboratorio, los esfuerzos se enfocaron en la composición colectiva de la muestra de resultados. Aquí aplicamos principios de dramaturgia no lineal, porque nos dimos permiso de abordar la secuencia de la obra original con algunas licencias creativas. Se utilizaron materiales cotidianos para resolver la poética que cada equipo aportó a la estética final del conjunto, estas aproximaciones tomaron la forma de un montaje de pequeño formato. El diseño de micro piezas por parte de cada equipo produjo una experiencia corta interdisciplinaria y colaborativa, donde cada participante fue vital en el desarrollo y progresión de la composición escénica final. El grupo recibió al final una breve retroalimentación de su público y con ello cerro el ciclo del laboratorio. 

 

La muestra final se compuso de los siguientes elementos:

  1. Cuatro escenas en una secuencia libre de Acto sin palabras.

  2. Un coro de sonidos incidentales.

  3. Cinco cuerpos en escena.

  4. Un Dj con ambientes, acentos, incidentales, contrapuntos y mezclas en vivo.

  5. Un Vj con imágenes, máscaras, animaciones y procesos visuales en vivo.

  6. Una mesa de trabajo para generar circuito cerrado en vivo.

  7. Uso del espacio escénico de media luna a la italiana.

  8. Uso de tramoya a una vara con sistema de poleas para subir y bajar objetos. 

  9. Luz escénica produciendo zonas lumínicas para acciones corporales, para acciones del coro y para sinergias sonoro-visuales.

  10. Un Mc a cargo de la organización de las notas de ensayos, la armonía general del ensamble y la entrada de público.

Antes de la presentación final, se ensayó solo una vez el ensamble completo.

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